Valencia se mueve al ritmo del Maratón: una ciudad volcada con el deporte

El 7 de diciembre de 2025, València volvió a convertirse en un gran escenario deportivo con la celebración de su maratón, una cita ya consolidada que reúne a miles de corredores nacionales e internacionales en uno de los mejores momentos del año para practicar deporte al aire libre. El invierno mediterráneo, con temperaturas suaves y cielos despejados, ofrece las condiciones ideales para disfrutar del running en un entorno urbano cuidado, accesible y lleno de vida. 

Más allá de la competición, el maratón transforma la ciudad en una experiencia colectiva, donde deporte, turismo y sostenibilidad conviven de forma natural. El recorrido atraviesa algunos de los espacios más emblemáticos de València, combinando arquitectura contemporánea, zonas verdes y patrimonio histórico. Para corredores y acompañantes, la prueba se convierte en una oportunidad para descubrir la ciudad desde una perspectiva activa, recorriéndola a pie y sintiendo el pulso de sus barrios. 

Como se destaca en la página oficial del Maratón de València, la edición de 2025 dejó hitos deportivos históricos: se batieron nueve récords nacionales, se superaron los 30.000 finishers por primera vez en la historia de la prueba y Jepkosgei logró la mejor marca mundial del año con 2:14:00. Estos logros convierten al Maratón de València en un referente internacional, consolidando su circuito como uno de los más rápidos y competitivos del mundo. 

Eventos deportivos de esta magnitud refuerzan el posicionamiento de la Comunitat Valenciana como destino de turismo activo y deportivo, alineado con los valores que impulsa Creaturisme: desestacionalización, promoción de hábitos saludables y puesta en valor del territorio a través de experiencias auténticas. El maratón no solo atrae a deportistas, sino también a visitantes que prolongan su estancia y conectan con la oferta cultural, gastronómica y experiencial del destino. 

El Maratón de València es, así, un claro ejemplo de cómo el deporte se convierte en motor de dinamización turística, proyectando una imagen de ciudad abierta, sostenible y comprometida con el bienestar, incluso en los meses de invierno.